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El Forty-Niner de Flora

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Flora, un pueblo de apenas 3-4 millas cuadradas, descansa en el corazĂłn de Mississippi. EstĂĄ a tres horas y media de New Orleans, o aproximadamente a cinco horas al sureste de Little Rock, Arkansas.

Decir que Flora es un pueblo sureño, es tanto como decir que el pasto es verde. Pero decir que Flora, y sus 1500 residentes, estån ligados a los 49ers es algo completamente distinto.

Para el linebacked de cuarto año, Parys Haralson, Flora es su casa. Es ahí, en ese pequeño pueblo, en el que Haralson inició su camino en el football, jugando en la calle con niños casi siempre del doble de su edad, y en donde aprendió el valor del trabajo duro cuando su mamå instituyó en él el valor de que tener éxito en la escuela es clave para tener éxito en la vida.

Son esos valores, esos comportamientos, los que formaron a Haralson tanto en su carrera como jugador, así como en la forma en que maneja la adversidad. Y después de sobreponerse a una lesión en el pectoral cuando era novato, y viendo tiempo como titular en su segundo año como jugador, Haralson saltó a escena en 2008, liderando al equipo con ocho capturas, lo que le llevó a una extensión de contrato por cuatro años en esta pretemporada.

La Vida en Flora, Mississippi

Flora era un estereotipo de un pueblo pequeño, uno en el que él y su madre crecieron en la casa de sus abuelos, un lugar en el que tuvo dos fuertes figuras fememinas que lo mantuvieron alineado.

"Al crecer yo vine de un pueblo pequeño", recordó Haralson. "Todos estaban relacionados de alguna forma. Mucha gente que conocí en la escuela media y en la escuela elemental estaba relacionada conmigo. Todos veníamos de la misma årea".

En esos años de formación, la mamå de Haralson, Jennifer Rosell, se aseguró de que su hijo creciera con el conociento de que la escuela sería crucial para llevarlo al una vida exitosa.

"Antes de que pudiera salir a jugar, tenĂ­a que terminar la tarea", dijo Haralson. "Mi mamĂĄ me diĂł eso. Tienes que mantenerte bien con tu trabajo escolar".

Pero cuanto terminaba sus asignaciones, Haralson saliĂĄ a la calle a jugar con prĂĄcticamente todo un vecindario de niños, todos jugando algĂșn deporte. Football, Basketball, cualquier tipo de deporte, Haralson dice que lo practicĂł.

Aunque se consideraba un gran jugador de basketball, el admitiĂł que el football resultĂł algo que no solamente ama, sino en lo que se hizo bueno.

"Siempre pensé que sería un corredor de poder o corredor", recordó Haralson. "Todos querían correr el balón. Y eståbamos siempre jugando en la calle con los muchachos mayores, los niños mås grandes del vecindario".

Al jugar en la calle, normalmente venĂ­an los usuales golpes y raspones, ninguno de los cuales molestaron a Haralson. Siempre esperaba los juegos callejeros, pese a la diferencia de edad.

"Si podĂ­as jugar, estabas allĂĄ afuera", dijo Haralson. "Tu querĂ­as jugar con los chicos mayores y probablemente ser golpeado un poco. Siempre me enojaba y querĂ­a taclearlos, pero no era tan grande o fuerte. AĂșn asĂ­, siempre dĂ­ lo mejor que pude".

Mientras Haralson crecía en edad y en tamaño, sus años de escuela media y escuela secundaria le dieron una ética de trabajo incomparable.

A la edad de 9, Haralson se unió a su abuelo en el depósito de chatarra de la familia para su primer trabajo. Ninguna tarea era pequeña para él, ya que el par movía la chatarra por todo el depósito, cortaba metal y realizaban labores de acomodo para hacer espacio y mantener el negocio caminando.

No muchos años después, cuando Parys ingresó a la Madison Central High School, fue a trabajar con su tío, James Harrison, en una bodega de envíos, Sun Belt Bolts and Screws.

"Tuve ese trabajo durante toda la escuela", dijo Haralson. "Ahorré dinero y eventualmente me compré un auto, un 'Ford Ranger 99'".

Pero, antes de que comprara el auto, se apoyĂł en su mamĂĄ para que lo llevara en sus viajes entre su trabajo y su prĂĄctica de football.

"Mi mamå solía dejarnos a mi primo y a mí en la bodega por la mañana", dijo Haralson. "Después nos venía a recoger y nos llevaba a nuestros entrenamientos de football en el verano. Ella se sentaba en el auto y esperaba a que el entrenamiento terminara para llevarnos a casa. Pero fue agradable cuanto tuve mi camioneta. No tuvo que llevarnos de nuevo".

Los Años de Football

Los Central Madison Jaguars jugaban como si fueran el gran centro neurĂĄlgico de la ciudad, contrario a la geografĂ­a que rodeaba la escuela. El equipo tenĂ­a a cinco atletas destacados de futuro profesional, pero la estrella del equipo era un liniero, Chris Spencer.

Haralson y Spencer eran buenos amigos, y, en cierto modo, Haralson debe a Spencer algo de crédito.

"Cuando jugaba en la escuela secundaria, los buscadores de la universidad exploradores venĂ­an a observar a Chris jugar", dijo Haralson. "Y es asĂ­ como me descubrieron a mĂ­".

No importa lo que los buscadores iban a ver, el juego de Haralson en el campo råpidamente le mereció el reconocimiento también. Haralson fue una selección All-Metro como estudiante de segundo año, cuando Madison ganó el campeonato estatal Clase 5A. En los próximos dos años, Haralson ganó los honores All-America en su camino a ser buscado por un puñado de potencias de la SEC.

Spencer decidiĂł asistir a la Universidad de Mississippi, donde Haralson inicialmente querĂ­a ir. Pero, fue ahĂ­ cuando la familia de Haralson, su madre en particular, salieron en busca de orientaciĂłn.

"Yo querĂ­a ir a Mississippi, pero mi mamĂĄ sentĂ­a que debĂ­a ir a algĂșn lugar en donde pudiera crecer y convertirme en mi propio hombre", dijo Haralson. "En casa, siempre puede volver atrĂĄs y ver un montĂłn de chicos que podrĂ­an haber estado jugando en las universidades. Pero en cuanto a la parte acadĂ©mica de la misma, no lo entendĂ­an. No lo hacĂ­an. Mi mamĂĄ no me permitiĂł quedar fuera de la escuela".

Y así, la orientación de su madre, Haralson se dirigió a Knoxville y la Universidad de Tennessee para ser voluntario. Allí, alimentado por el mismo sentido de trabajo que adquirió  al separar metal en un depósito de chatarra y de trabajo antes de que saliera el sol en un almacén de envío, Haralson se ganó una reputación de trabajador.

Él se quedaba despuĂ©s de la prĂĄctica para hablar con los entrenadores y ver videos de juego. VivĂ­a en la habitaciĂłn de ejercicio de Tennessee, ganando el premio al Cargador del Año en 2005, justo un año despuĂ©s de ganar el premio Bill Majors, otorgado al jugador que mĂĄs se dedica al fĂștbol.

Vio su primera apertura como un estudiante de segundo año, y nunca miró hacia atrås. Fue elegido capitån del equipo, tanto en su en sus temporadas junior y senior, una rareza en una escuela tan privilegiada como la de Tennessee.

Mientras su Ășltimo año iba y venĂ­a, Haralson habĂ­a ganado honores del segundo equipo All-SEC al iniciar toda la temporada como ala defensiva izquierda, y despuĂ©s de tres temporadas fuertes en la conferencia mĂĄs difĂ­cil en el football del paĂ­s, Haralson se ubicĂł como el quinto de todos los tiempos en los lĂ­deres de Tennessee en capturas.

"Ese fue un gran logro," dijo Haralson. "Pero yo ni siquiera lo sabĂ­a hasta que vĂ­ que yo estaba detrĂĄs de tipos como Reggie White."

De hecho, no estaba tan lejos del defensivo del SalĂłn de la Fama. White terminĂł su carrera en Tennessee con 32 capturas, y Haralson tenĂ­a sĂłlo 11 menos, terminando su carrera con 21.

Bienvenido a San Francisco

Para Haralson, que terminĂł su Ășltimo año en Tennessee con 10 capturas, el siguiente paso en su vida serĂ­a por el que habĂ­a trabajado desde su infancia - llegar a la NFL.

Fue a fines de abril de 2006 en que estaba esperando febrilmente en Knoxville para averiguar si alguna vez se uniría a las filas de jugadores que él idolatraba como un niño. Durante los dos días del Draft de la NFL, Haralson, un hombre conocido por su dureza y tenacidad en el campo, hizo hincapié en sus nervios hasta el punto en el que se paseaba con furia antes de que llamaran su nombre.

Tan ansioso estaba Haralson que inadvertidamente dejĂł caer su telĂ©fono celular y lo aplastĂł entre sus pasos atronadores. A mediados de la quinta ronda, con su nombre aĂșn la tabla, se lanzĂł a una tienda de telĂ©fonos celulares en Knoxville, cuando los 49's fueron tratando desesperadamente de conseguir un ponerse en contacto con Ă©l, logrĂĄndolo a travĂ©s de la lĂ­nea de su novia.

"Tan sĂłlo al llegar aquĂ­, yo estaba emocionado", dijo Haralson. "Yo sĂłlo querĂ­a salir de aquĂ­ y jugar".

Vio el tiempo como novato en el 2006, jugando en siete partidos en equipos especiales y como linebacker reserva, pero gran parte de su temporada se vio interrumpida debido a una lesión. Una dolencia del pie le obligó a perderse gran parte del campamento de entrenamiento y golpeó su debut en la NFL hasta lasemana del 17 de septiembre. Y sólo dos meses mås tarde, Haralson sufrió una ruptura del pectoral que terminó el resto de su campaña de novato.

"Las lesiones ocurren,", dijo Haralson. "Pero hay que superarlas y ajustar. Esa es mi forma de ver la vida. Uno tiene tiene que superarse y adaptarse ".

Eso fue lo que hizo el linebacker el año siguiente, entrando a la alineación inicialdespués de Manny Lawson tuvo que salir por una lesión en la rodilla. A partir de lo conseguido en ese segundo año, Haralson entró en la temporada 2008 mås preparado que en cualquier otro punto en su carrera.

"Eso fue todo", dijo Haralson. "Venía preparado el año pasado, con mås experiencia y con grandes entrenadores y compañeros de equipo."

La experiencia y la preparaciĂłn valieron la pena cuando Haralson hizo una temporada sobresaliente, liderando al equipo con 8 capturas. Esa cifra fue suficiente para lograr el segundo lugar entre todos los apoyadores de la NFC y el mayor nĂșmero de capturas para cualquier jugador de los 49ers desde el 2002.

Haralson entra en la temporada 2009 con la esperanza de continuar la tendencia a la alza que ha mostrado desde sus dĂ­as en Flora, de superaciĂłn, de trabajo duro y obtener resultados.

"Sólo quiero jugar", dijo. "Quiero salir con mis compañeros y jugar".

MOMENTO PARYS HARALSON: "NO ME DIGAS - DEMUESTRAME"

Los 49's acababan de ganar un partido decisivo una semana antes de enfrentar Brett Favre y los New York Jets. Contra Buffalo, San Francisco obtuvo una victoria de 10-3 en el mal tiempo, y el entrenador en jefe Mike Singletary y compañía buscaban conseguir impulso al entrentar un partido contra un equipo que buscaba llegar a postemporada.

Los Jets, compitiendo en una ĂĄspero-y-caĂ­da AFC Este, tenĂ­an la esperanza de sacar ventaja de los 49's y ganar un juego en la tabla de posiciones sobre Bills, a quien habĂ­an vencido a los 49's la semana anterior.

En un partido dominado en su mayorĂ­a por San Francisco, los Jets continuaban empujando el balĂłn a territorio de los 49's antes de ser frustrados por la defensa - a menudo con la participaciĂłn del linebacker Parys Haralson.

Haralson terminĂł el partido con 1,5 capturas, incluyendo una crucial en solitario crucial a Favre con 33 segundos en tercera oportunidad.

Los 49's habían anotado en la serie anterior, y en la siguiente e los Jets, Haralson atacó por el centro del campo, obligando a Favre a girar a su derecha. Pero Favre no pudo escapar de Haralson cuando él estiró un brazo y acorralo a Favre, provocando que el mariscal de campo desacelerara por lo suficiente para que un compañero de equipo entrara a concretar la tackeada, forzando a los Jets a despejar.

El juego terminĂł a los pocos minutos con la victoria de 24-14 a favor de los 49ers.

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